Junta de Accionistas del BBVA, Bilbao, 15 de marzo de 2013
Señoras y señores delegados, accionistas, Sr González,
Mi nombre es Albert Sales y me dirijo a ustédes en nombre de la Campaña BBVA sin armas, impulsada por el Observatorio de la Deuda en la Globalización, el Centre Delàs de estudios para la Paz y SETEM y en nombre también de la Plataforma para la Auditoria Ciudadana de la Deuda.
Me da voz en esta junta la delegación de 384.053 acciones por parte de decenas de accionistas.
La paz no es tan solo la ausencia de conflictos bélicos. La paz se construye estableciendo las condiciones adecuadas para evitar que se genere la violencia. Estamos en un momento en el que la realidad social del Estado español es extremadamente tensa debido a la una recesión que hunde sus raíces en las disfunciones del sector financiero y queremos expressar nuestra profunda preocupación por la actitud del BBVA frente a la crisis que golpea la realidad cotidiana de muchas familias.
Este banco tiene su parte de responsabilidad en el endeudamiento del sector público español y, en consecuencia, tiene su parte de responsabilidad en los recortes de servicios tan esenciales para la cohesión social como la educación, la sanidad o los servicios sociales. Como bien saben, el Banco Central Europeo otorga crédito a bajo interés a las entidades financieras privadas, con el objetivo declarado de garantizar el flujo de crédito a la economía real, es decir, a empresas y famílias. Es conocido, por ser un dato público, que el BBVA habia recibido a finales del 2012 la cifra de 60.535 millones de euros. También es público que durante 2011 el BBVA ha dedicado 53.452 millones de euros a la compra de títulos de deuda pública. Nos gustaría saber qué beneficios se han obtenido de esta actividad especulativa y cómo revierten en la sociedad española en un momento tan complicado.
Así mismo, el BBVA, a través de Unnim, ha recibido entre aportaciones de capital, adquisiciones y esquemas de protección de activos y emisiones de deuda pública avaladas por el tesoro, ayudas públicas por valor de 7.366 millones de euros. Para conseguir estos recursos, el Estado español se vio obligado a endeudarse. El BBVA, al igual que el resto de bancos que recibieron ayudas, acabaron comprarondo esta deuda ¿Cuanta deuda pública està actuamente en poder del BBVA? ¿Cuál es el beneficio obtenido a costa de transformar el agujero de sus balances en deuda pública ilegítima?
Dadas las circunstancias, instamos al BBVA a que demuestre su compromiso con la cultura de paz y la cohesión social en el Estado español a través de una gestión ejemplar de la deuda pública, renunciando a los beneficios de la deuda ilegítima y apoyando un proceso de auditoria ciudadana de la misma.
Igual que la deuda pública erosiona la capacidad de reacción de la sociedad frente a las emergencias humanitarias que viven muchos ciudadanos y ciudadanas, las deudas hipotecarias de las familias se han convertido en un problema social de primer orden que genera formas de violencia intolerables para una sociedad democrática y solidaria. Los deshaucios causados por contratos hipotecarios que el Tribunal Superior Europeo ya ha calificado de abusivos estan sembrando miseria y tensiones sociales. Hemos tenido que ver como ciudadanos y ciudadanas de este país caían en la más absoluta desesperación y se quitavan la vida por haber sido empujados al callejón sin salida de una ejecución hipotecaria. Durante la ocupación de una oficina de esta entidad el pasado febrero en Barcelona por parte de 200 ciudadanos y ciudadanas, se afirmó que el banco estaba abierto a la negociación con sus clientes y que, ademàs, sus garantías superan a la del resto del sector. Ante esta afirmación planteamos una pregunta y un reto:
La pregunta: ¿qué perpectivas de actuación se plantea este banco ante los despropositos de Unnim?
El reto: instamos al BBVA a apoyar la ILP por la dación en pago y a unirse a la sociedad civil en la demanda de una medida que constituye la única salida posible para demasiados miles de famílias españolas. Dado que la crisis ha demostrado eficazmente que empresas como esta tienen una influencia en los gobiernos muy superior a las de la ciudadanía corriente, les ofrecemos una gran oportunidad de ser coherentes con los valores que expresan en sus códigos éticos y demás documentos de responsabilidad social empresarial.
La pobreza y la exclusión social són formas de violencia y propician que se gesten violencias cada vez más intensas. Desde los movimientos que trabajamos por la cultura de la paz y por la justicia social les pedimos compromiso real y acciones concretas.
Albert Sales