Hoy, martes 23 de mayo se celebra el día mundial de acción contra la financiación de empresas productoras de bombas de racimo (Stop Explosive Investments global day of action – Stop investments in cluster bomb producers), dentro de la campaña Stop Explosive Investments -con la cual colabora la campaña Banca Armada- y coincidiendo con el lanzamiento de la actualización 2017 del informe anual elaborado por PAX, “Worldwide investments in cluster munitions: A shared responsability” (Inversiones mundiales en municiones de racimo: una responsabilidad compartida).
Las entidades financieras que invierten en acciones o bonos de empresas productoras de bombas de racimo, pasan a formar parte del Hall of Shame (“Salón de la Vergüenza”). Más de 166 instituciones financieras de distintas regiones han invertido 31.000 millones de dólares en empresas productoras de bombas de racimo entre los años 2013 y 2017, según apunta el informe. Respecto al año anterior, el número de instituciones que han financiado a empresas productoras de munición de racimo ha aumentado, aunque muchos inversores han decidido dejar de financiar la producción de estas armas prohibidas a nivel internacional desde el año 2008.
Por otro lado, el número de instituciones financieras que han adoptado políticas que excluyen la financiación de empresas productoras de bombas de racimo ha crecido hasta 88.
En relación a las instituciones financieras españolas, aunque ya no hay ninguna con posición en el “Hall of Shame”, el informe señala la emisión de préstamos con un valor de 15 millones de dólares a la estadounidense Orbital ATK por parte de Banc Sabadell. En concreto, en Noviembre de 2013 el Banco Sabadell, junto con una cuarentena de entidades financieras, concedió un crédito a 5 años por valor de 1.960 millones de dólares a esta empresa productora de municiones de racimo.
Por lo que respecta a instituciones españolas con políticas de no financiación pero que aún tienen lagunas, encontramos un año más al BBVA. En el caso del BBVA, el banco ha hecho pública su política de no financiación a productores de bombas de racimo. Sin embargo, esta política de exclusión no se aplica a todas las inversiones hechas en nombre de terceros. Los clientes pueden pedir al BBVA que invierta los activos en compañías que no sigan la política de no-inversión; esto ocurre en el caso de los fondos de inversión cotizados (los ETF), fondos que siguen un índice, fondos de pensiones y carteras de inversiones. Además, la política de exclusión no se aplica a mandatos discrecionales y fondos pasivos gestionados por gestores de activos externos. Por último, apuntar que la lista de exclusión elaborada por el BBVA no es pública.
Por lo tanto, para que el BBVA pase de ser candidato a miembro del “Hall of Fame”, esto es, una entidad financiera con una política clara de no-financiamiento a productores de bombas de racimo, necesita realizar una serie de ajustes. El BBVA tendría que extender su política de exclusión a los mandatos discrecionales y fondos pasivos (como los fondos que siguen un índice), gestionados tanto internamente como externamente.
Consulta el informe completo aquí.