Koldobi Velasco y Jon Narváez han intervenido hoy a la Junta de Accionistas del BBVA para denunciar las reiteradas inversiones en empresas armamentísticas que la entidad vasca realizó durante el periodo 2019-2021, concretamente, más de 5.421 millones de euros destinados a compañías que participan de la militarización de fronteras y a empresas que mantienen, modernizan o fabrican armamento nuclear.
Denunciamos los vínculos del BBVA con empresas relacionadas con la militarización de fronteras
En este sentido, la intervención de Koldobi Velasco, activista de la campaña y miembro de AA-MOC, se ha centrado en la denuncia de las inversiones en empresas relacionadas con la contención de la “frontera sur” de Europa, o lo que es lo mismo: las alambradas, concertinas, cámaras de seguridad, sistemas vigilancia y otros elementos disuasivos de la entrada de personas migrantes y refugiadas a territorio del Estado Español. “En la frontera sur del Estado Español y en las Canarias llegan personas que huyen de conflictos como Siria, Etiopía, Somalia, Libia o el Sahel, o que huyen de zonas en tensión o que simplemente buscan un lugar mejor donde vivir a salvo y en paz. Cuando estas personas llegan a nuestras fronteras, se las recibe de manera inhumana a causa del sistema de militarización y securitización que tenemos instalado para proteger la Europa Fortaleza”, ha explicado Velasco.
Lo Grupo Eulen, ATOS o Accenture han recibido financiación del BBVA y forman parte de las empresas contratistas que han recibido encargos en la frontera sur para hacer, por ejemplo, tareas de mantenimiento de los sistemas de vigilancia como el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) y servicios de mantenimiento y reparación tanto de lugares fronterizos como de los CETIs (Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes), donde se cometen flagrantes violaciones de los Derechos Humanos, especialmente preocupantes en el caso de las personas más vulnerables, incluidas las familias con menores y las personas con problemas graves de salud.
Por ejemplo, lo Grupo Eulen, empresa receptora de 42 contratos para la gestión y el mantenimiento de instalaciones donde a menudo se vulneran los derechos de las personas migrantes, recibió 37 millones de euros en créditos solo los dos últimos años, y ATOS recibió 47 contratos, algunos para el mantenimiento del SIVE. “Sr. presidente y miembros del consejo de administración, ¿de verdad creen que es moralmente aceptable hacer campañas de lavado de imagen con Ucrania mientras históricamente han financiado el negocio de la guerra y de la militarización de fronteras?” ha concluido Velasco.
El BBVA sigue financiando empresas que producen armamento nuclear
El también activista y miembro de SETEM Hego Haizea Jon Narváez, intervino para incidir en las inversiones que el BBVA realiza a empresas que fabrican armamento nuclear, cosa denunciable puesto que hay legislación nacional e internacional que las limita y prohíbe, y más inmoral todavía teniendo en cuenta la amenaza de este carácter que sobrevuela la guerra de Ucrania. “Como sabrán, el enero del año pasado entró en vigor el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, después de que 51 países lo ratificaran. Este tratado prohíbe explícitamente la fabricación, el desarrollo, la adquisición, el almacenamiento y el emplazamiento de armas nucleares, así como prohíbe utilizar o amenazar con usar estas armas, y finalmente, también prohíbe que se asista o se ayude de cualquier manera para que se puedan realizar estos actos prohibidos” explicó Narváez.
El BBVA ha financiado durante el periodo 2019-2021, 7 empresas que todavía producen armamento nuclear en el mundo: Airbus, Boeing, General Dynamics, Honeywell International, Jacobs Engineering, Leonardo y Thales. Según explicó en la Junta el activista, el BBVA “ha invertido más de 5.300 millones de euros en estas 7 empresas. ¿Y saben qué es lo más despreciable? Que esto supone, según los datos de que disponemos, un incremento del 20% respecto al periodo anterior en cuanto a inversiones en empresas que fabrican armas nucleares”. Las empresas de armas dependen en un 75% de pasivos financieros que las instituciones financieras los proporcionan para financiar el circulante o cualquier adquisición de activos y así poder producir el material de guerra. “Sin financiación, no hay armas”, remarcó Narváez.
Pero más allá de la “vergüenza que supone que España todavía no haya firmado el tratado internacional de prohibición de armamento nuclear”, cosa que el activista ha recalcado, igual que Koldobi, es la doble moral de la entidad vasca. “Por favor, no sean tan cínicos. No vistan de altruismo sus acciones relacionadas con el conflicto en Ucrania cuando hasta ahora han estado alimentando el armamento nuclear y beneficiándose de la industria de la guerra en todo el mundo”, concluyó.
Lee la 1a intervención sobre militarización de fronteras aquí.
Lee la 2a intervención sobre armas nucleares aquí.