Segunda intervención Junta de Accionistas del BBVA 2015

 

Junta de Accionistas del BBVA, Bilbao, 13 de marzo de 2015

 

Buenas tardes Sr. Presidente, miembros el Consejo de Administración, señoras y señores accionistas. Mi nombre es Maria de Lluc Bagur y hablo como miembro del Centro Delàs de Estudios por la Paz en nombre de la Campaña BBVA sin armas.
Les hablo en representación de decenas de accionistas, que han cedido 609.575 acciones a la campaña BBVA sin armas para levantar la voz hoy en este foro. Les instamos, en su nombre, a modificar su política de inversiones controvertidas.

BBVA es uno de los principales bancos que financia la industria del carbón en Colombia. Según el informe Banking on coal, publicado en 2013 por un conjunto de ONG internacionales, esta entidad ha prestado a la industria extractiva del carbón alrededor de 913 millones de euros desde el año 2005.

De todas estas inversiones, la más preocupante es la que ha realizado BBVA en la compañía Drummond, a la que actualmente está financiando con cerca de 200 millones de euros.

El pasado año ya estuvimos aquí para denunciar que Drummond es la más controvertida de las empresas extractivas de carbón que trabajan en Colombia, y al parecer este año vamos a tener que volver a hablar de ello. Drummond empezó sus operaciones a principios de los 90 y se le acusa de haber apoyado graves crímenes cometidos por las fuerzas paramilitares colombianas. Antiguos paramilitares han testificado que la compañía financió la unidad paramilitar “Juan Andrés Álvarez” entre los años 1996 y 2006. De acuerdo con sus testimonios, la unidad paramilitar no habría podido aumentar su número de combatientes sin el dinero de Drummond. Para la compañía, la protección de los intereses del negocio obviamente pesaba más que los centenares de asesinatos, desapariciones forzadas y desplazamientos masivos de campesinos que fueron reportados en la zona.

La reputada ONG internacional PAX ha recogido en su informe The Dark Side of Coal los testimonios de decenas de campesinos que relatan la ambigua relación de Drummond con las Autodefensas Unidas de Colombia. A cambio de apoyo financiero y logístico, este grupo paramilitar ha cometido crímenes atroces para salvaguardar los intereses de la empresa de carbón.

Señor González, las víctimas de estas actuaciones son personas humildes. Viven en un estado de indefensión ante las compañías que, como Drummond y como la que usted preside, anteponen la generación de beneficios económicos al respeto a los derechos humanos. El problema es que ustedes, que afirman respetar las normas internacionales de derechos humanos, cierran los ojos ante estas atrocidades y, así, contribuyen al mantenimiento de una situación terrible e injusta.

El pasado año ya estuvimos aquí denunciando el asesinato, por parte de paramilitares de la unidad Juan Andrés Álvarez, de dos líderes obreros: Valmore Locarno Rodríguez y Víctor Hugo Orcasita en 2001. El primero fue asesinado mientras viajaba en un autobús de la empresa camino a las minas y el segundo fue secuestrado y posteriormente encontrado muerto con claros signos de tortura.

Señor González: queremos saber cuál es su relación con la empresa Drummond. ¿Han hablado alguna vez sobre estos casos de violencia? ¿Ha hecho algo para evitar la represión que Drummond está provocando en las minas de carbón colombianas? ¿Piensa seguir ofreciendo a Drummond su apoyo financiero? ¿Qué explicación puede ofrecer a sus accionistas para justificar tantos millones de euros en inversiones manchadas de sangre?

Señor presidente, estamos seguros de que la mayoría de sus accionistas no está deacuerdo con esta política. Le instamos a usted y al Consejo de Administración de la entidad aquí presente a que realice un ejercicio de responsabilidad y finalice su relación con la empresa Drummond.