Un año más, la campaña Banca Armada ha intervenido en la Junta General de Accionistas del BBVA. El objetivo ha sido instar a la entidad financiera a que modifique su política de inversión y financiación de la industria de armamento. Las dos activistas que acudieron a la Junta centraron sus intervenciones en cuestiones como las inversiones de BBVA en industria extractiva en Colombia o el apoyo financiero a las empresas de armamento nuclear.
El BBVA es la entidad financiera española que mayor capital destinó a la industria de armamento en el periodo 2005-2013, con un total de 3.626 millones de euros de inversión. Entre sus inversiones más controvertidas se encuentra la compañía Drummond, la empresa encargada de la extracción del carbón en algunas minas de Colombia. El BBVA financia con cerca de 200 millones de euros a esta compañía, acusada de apoyar crímenes cometidos por los paramilitares a cambio de que garanticen su seguridad para operar en el país.
El BBVA también tiene inversiones en la industria del armamento nuclear. En el periodo 2011-2014, el banco español destinó 2.739 millones de euros a inversiones en distintas empresas dedicadas a la experimentación o a la fabricación de armamento nuclear. Cabe destacar las inversiones en la empresa AECOM, una compañía clave para la modernización del arsenal nuclear de Estados Unidos. AECOM forma parte del National Security Technologies, la única zona de experimentación de armamento nuclear en este país.
En el turno de respuesta, el presidente del BBVA, Francisco González, afirmó que se trata de un tema “muy delicado” en el que existen “muchos intereses en juego, algunos de difícil valoración”. Sostuvo que “BBVA ni invierte ni financia compañías relacionadas con la fabricación, desarrollo, mantenimiento o comercio de armas controvertidas” y, frente al nivel de detalle de la exposición de las activistas, aseguró que seguirán “buscando a ver si hay un error e intentaremos mejorar nuestra política de financiación de armas”. González repitió, al igual que en años anteriores, que la entidad que preside sigue “los estándares internacionales más exigentes en esta materia”. Sin embargo, no desmintió ninguna de las acusaciones de Banca Armada.