La Campaña Banca Armada -integrada actualmente por el Centro Delàs de Estudios por la Paz, SETEM, Justicia i Pau, ODG, Colectivo Rets, AA-MOC y Fets- ha participado un año más en la Junta General de Accionistas de CaixaBank, celebrada el pasado jueves 6 de abril de 2017 en Barcelona. La delegación de más de 25.000 acciones cedidas por accionistas de CaixaBank que no están de acuerdo con las políticas de inversiones en empresas de armas por parte de su banco, ha dado voz a los activistas de la campaña en la junta.
En la primera intervención Xema Moya, miembro del Centro Delàs de Estudios por la Paz y en representación de la Campaña Banca Armada, ha denunciado la corresponsabilidad de CaixaBank en el sufrimiento de miles de civiles de todas partes que viven las consecuencias de guerras y tensiones que se mantienen activas con armas que provienen de la industria militar, a la que la entidad bancaria finanza. “Caixabank financia empresas de armas, algunas de las que se benefician por partida doble de los conflictos armados. Primero ofrecen sus productos en países que antes o después acaban sufriendo alguna guerra o participante en ella aunque sea en territorio extranjero. Para después ofrecer sus productos por la gestión militarizada de las fronteras que está instaurando la Unión Europea. Tratando así las personas refugiadas que huyen de las guerras que ellas pueden haber alimentado como enemigos militares”.
En la segunda intervención, Mònica Vega, miembro de SETEM y en representación de la Campaña Banca Armada, ha puesto de relieve las controvertidas concesiones de créditos CaixaBank a la empresa MAXAM, fabricante de minas antipersona y bombas de dispersión hasta su prohibición, armamento que ha provocado millones de mutilaciones a civiles de todas partes. “MAXAM fabrica a través de su filial EXPAL todo tipo de explosivos militares, municiones y bombas. MAXAM afirma estar presente en infinidad de países del mundo, algunos de ellos en zonas de conflicto o de dudosa reputación en cuanto al respecto de las libertades y de los derechos humanos”.
Las dos intervenciones han instado a CaixaBank a que asuma sus corresponsabilidades en las guerras y el drama de personas refugiadas, y deje de financiar empresas que producen armamento. En su respuesta, Jordi Gual, presidente de CaixaBank, ha apelado a los principios de responsabilidad social corporativa así como a los principios de inversiones responsables de la ONU que sigue CaixaBank. Jordi Gual ha asegurado que la entidad no está presente en el capital de empresas fabricantes de armas. Por el contrario, los datos extraídos de la investigación y recogidos en el informe del Centro Delàs «Los bancos que invierten en armas. Actualización de la financiación de armamento nuclear, de bombas de dispersión y de las principales industrias militares españolas (2011-2016)” demuestran que CaixaBank es el quinto banco español que más invierte y financia las empresas de armas.