Intervenciones en la Junta de Accionistas del Banco Santander 2019

PRIMERA INTERVENCIÓN EN LA JUNTA DE ACCIONISTAS DEL BANCO SANTANDER (Vídeo) 

 

Buenos días Sra. Presidenta, señoras y señores del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.

Soy Enrique Molina y me dirijo a ustedes como miembro de la campaña Banca Armada, promovida por SETEM, Centro Delàs de Estudios por la Paz, Justícia i Paz, el Observatorio de la Deuda en la Globalización, FETS y AA-MOC.

Les hablo en representación de 24 accionistas que por décimo año consecutivo nos han delegado un total de 75.173 acciones para volver a denunciar en esta junta las inversiones en armamento que el Banco Santander viene realizando.

En la Base de datos internacional de Banca Armada del Centro Delàs de Estudios por la Paz, se identifican 18 empresas fabricantes de armamento que en el periodo 2013-2018 han sido financiadas por el Banco Santander por un importe total de más de 2.470 millones de €uros.

Estamos hablando de las empresas: SAFRAN, BOEING, EMBRAER, AIRBUS GROUP, LEONARDO, MAXAM, FLUOR, HONEYWELL INTERNATIONAL, THALES, MOOG, INDRA, NAVANTIA, UNITED TECHNOLOGIES CORPS, MITHUBISHI HEAVY INDUSTRIES, RHEINMETALL, THYSSENKRUPP, ROLLS ROYCE HOLDINS y COBHAM.

Toda ellas son empresas que en virtud de sus intereses comerciales, obvian las nefastas consecuencias de las aplicaciones de sus productos. Son empresas que están exportando armas a Oriente Medio y al Norte de África, que hacen escalar la violencia de los conflictos armados de estos territorios, que aumentan el número de muertes e incrementan la inseguridad de las personas que viven allí, y que obligan a millones a abandonar sus hogares y a buscar refugio en otros países. En los últimos años, la cifra de desplazamientos forzados se ha incrementado de forma brutal y ya se contabilizan más de 68 millones de personas desplazadas en todo el mundo.

Este es un drama que a estas alturas ya no le es ajeno a nadie, y dado que tenemos poco tiempo queremos dedicar esta intervención a dos ejemplos concretos que muestran la complicidad del Banco Santander con las guerras y los desplazamientos forzados.

Entre 2013 y 2018 el Banco Santander ha financiado con más de 54 millones de euros (54.994.180€) a la empresa INDRA, cuyo 20% de producción es militar, y que controla el 80% de la Sociedad Española de Misiles (Inmize Sistemas). Asimismo, también es una de las principales responsables de construir y mantener las vallas de Ceuta y Melilla, por lo que se beneficia por partida doble de la tragedia de las personas refugiadas: por una parte, suministra armas y otros equipamientos que alimentan los conflictos armados que obligan a las poblaciones a abandonar sus hogares; y por otra parte, vende a gran escala equipos de seguridad y control de fronteras para evitar la entrada de las personas en busca de asilo en territorio de la UE. Es un negocio redondo, y a él le debemos en parte las escenas terribles que se viven en las fronteras militarizas en el Mediterráneo, en el Este de Europa y la frontera sur.

El segundo ejemplo es el de la empresa MAXAM, que entre 2013 y 2018 ha recibido por parte del Banco Santander más de 165 millones de uros en créditos (165.121.682€). Maxam es una de las empresas de explosivos militares más grandes del mundo. En el pasado fue responsable de la fabricación de minas anti-persona y bombas de racimo, pero tuvo que parar su producción a regañadientes cuando se prohibió su fabricación. Recientemente estuvo envuelta en otra polémica vinculada a un caso de comercio de armas con destino a la guerra de Siria.

MAXAM vende también explosivos a Arabia Saudí, y creo que es evidente para cualquier persona en esta sala que el régimen saudí no cumple con los criterios sobre tratados, convenciones y ratificación de la carta de DDHH que desde el Banco Santander dicen seguir. Tampoco es ningún secreto que Arabia Saudí está envuelta desde hace ya años en la guerra del Yemen, con varios miles de muertos desde que los bombardeos saudíes comenzaron.

Y esto son solo unos pocos ejemplos. Tristemente, podríamos seguir analizando las demás empresas de armamento que son financiadas por el Banco Santander y sus nefastos impactos en los derechos humanos.

Así pues, Señora Presidenta, señoras y señores accionistas… les pedimos que enfrenten de una vez estas realidades que venimos presentándoles desde hace 10 años. No todo vale para conseguir mayores beneficios y seguir creciendo. Les pedimos que dejen de ser cómplices del negocio de la guerra y que, en definitiva, dejen de ser parte del problema y pasen a ser parte de la solución.

Muchas gracias por su atención.

SEGUNDA INTERVENCIÓN EN LA JUNTA DE ACCIONISTAS DEL BANCO SANTANDER (Vídeo) 

 

Buenos días Sra. Presidenta, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.

Soy Nuria García y hablo como miembro de la campaña Banca Armada, promovida por el Centro Delàs de Estudios por la Paz, SETEM, Justícia y Paz, el Observatorio de la Deuda en la Globalización, FETS y AA-MOC.

Les hablo en representación de 24 accionistas que nos han delegado un total de 75.173 acciones para levantar la voz hoy en esta junta y denunciar las inversiones en armamento nuclear que sigue realizando su banco, el Banco Santander.

El año pasado, Señora Presidenta, nos decía que el equipo ejecutivo y el consejo del Banco Santander tienen en consideración los aspectos sociales y ambientales en sus proyectos de inversión.

Estamos aquí de nuevo, por décimo año consecutivo, porque este banco sigue entre las entidades líderes en inversión y financiación de armas nucleares. El valor total invertido entre 2013 y 2018 es de 2.400 millones de euros, según la “Base de datos internacional de Banca Armada” del Centro Delàs de Estudios por la Paz. Banco Santander es el segundo banco español que más invierte en estas armas letales.

De hecho, a pesar de sus “Directrices de Política del Sector de la Defensa” donde se establece que su entidad bancaria no mantendrá ningún tipo de relación comercial con organizaciones que comercialicen o distribuyan armas nucleares, entre otras, podemos constatar que entre 2013 y 2018 han financiado las siguientes:

Honeywell International, una de las empresas con mayor implicación en el complejo industrial de armamento nuclear, especializada en el mantenimiento de misiles nucleares como el Trident II y en la fabricación del misil balístico M-51 para submarinos, recibió créditos por un valor de 129.573.394 de euros.

Leonardo, responsable del desarrollo y diseño del vehículo de transporte para el misil intercontinental norteamericano Minuteman III, ha recibido 179.700.586 € por parte de Banco Santander.

Boeing, Fluor, Thales, son otras de las empresas que fabrican y exportan  armas nucleares que  también han recibido préstamos del Banco Santander.

Como ve, Sra. Botín, nos preocupa el peligroso vínculo que sigue existiendo entre su banco y las empresas que producen armas nucleares.

Este hecho resulta especialmente preocupante en el contexto actual: Tras el anuncio de los gobiernos de Estados Unidos y Rusia de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), un histórico acuerdo de desarme firmado en la Guerra Fría, que sirvió para alejar de Europa los misiles de crucero de tierra con un rango de entre 500 y 5.500 kilómetros.

Las consecuencias humanas y medioambientales de un estallido nuclear serían catastróficas; la muerte y la destrucción se extenderían en un radio mucho más amplio del que provocaron las detonaciones en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, además de afectar severamente a nivel medioambiental y causar miles de desplazamientos forzosos de población.

Miembros del consejo de Administración, Sres. y Sras. accionistas, ¿no creen que es hora de dejar de financiar estas armas de destrucción masiva como ya han hecho otras entidades financieras a nivel europeo?

Sres. y Sras. accionistas, si su única motivación es conseguir mayores dividendos, sigan invirtiendo en el sector armamentístico. Pero  deben saber que su irresponsabilidad hace que todos nosotros, incluidos ustedes, vivamos cada vez en un mundo menos seguro. Sean conscientes de que la sociedad civil y, en particular nuestra campaña, no dejará de recordárselo a ustedes y al resto de la banca armada.

Consecuentemente, Sra. Botín, le instamos a usted y a todos los aquí presentes, a abandonar hoy y definitivamente la financiación a empresas que fabriquen armas nucleares.

Muchas gracias por su atención y esperamos no tener que volver el año que viene. 

 

RESPUESTA DE LA PRESIDENTA DEL BANCO SANTANDER, ANA BOTÍN (Vídeo)