La campaña Banca Armada y BBVA sin armas ha participado, un año más, en la junta general de accionistas del BBVA que se ha celebrado este viernes 11 de marzo del 2016 en Bilbao. Los recursos recaudados por el verkami “Voces contra la banca armada” y la cesión de más de 318.800 acciones por parte de accionistas de esta entidad, permitieron la intervención de la campaña en esta asamblea para denunciar las inversiones millonarias que este banco realiza en empresas del sector armamentístico.
En la intervención, la activista y miembro del Centro Delàs de Estudios por la Paz, Marta Castellnou, denunció el papel que juega el BBVA como la institución financiera española que más relación tiene con empresas que fabrican armamento nuclear con una inversión total de 3170 millones de dólares como la empresa Boeing, que abastece, repara y realiza el mantenimiento de mísiles nucleares para los ejércitos norteamericano y británico.
La activista destacó cuan especialmente flagrante resultaba la inversión de la entidad en empresas que producen armas nucleares habiéndose conmemorado el pasado año el 70 aniversario de los ataques con bombas nucleares en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, e interpeló al presidente de la entidad y el consejo de administración sobre si estaba, el BBVA, dispuesto a ser corresponsable de una nueva catástrofe nuclear de este tipo.
En segundo lugar, se denunció ante la junta de accionistas las nuevas inversiones que el banco ha hecho en empresas españolas de armamento, entre las que destaca Maxam; una de las mayores empresas de explosivos militares del mundo, responsable de la fabricación de todo tipo de municiones, así como de granadas subacuáticas y de bombas lapa, entre otras armas. Una empresa que fabricaba minas antipersona y bombas de racimo y que sólo cesó en la producción de estas terribles armas cuando fue obligada por ley.
Se recordó como dichas inversiones en armas convierten al BBVA en cómplice del negocio de la guerra ya que estas terminan, en demasiados casos, en zonas de conflicto. Consecuentemente, se instó al presidente de la entidad, Francisco González y a todos los allí presentes, a poner fin de inmediato a cualquier financiación a empresas que produzcan o exporten armas.
Las activistas que asistieron a la junta en representación de la Campaña BBVA sin armas también denuncian que tuvieron que hacer frente a censura por parte del BBVA: se les prohibió la grabación en vídeo de la intervención en la Junta y la posterior respuesta que el Sr. González dio a dicha intervención. Ellas hicieron constar su desacuerdo con esta política de prohibición de grabación de imágenes y vídeo, y por lo tanto de falta de transparencia del banco ante la sociedad, al notario presente en la sala.
En el turno de respuestas, el presidente de la entidad, Francisco González, retomó el discurso que había utilizado en años anteriores, asegurando que su entidad no financiaba ninguna empresa que produjera “armamento ilegal” y que, en este sentido, se estaba trabajando para “la mejora” de las políticas de financiación a empresas armamentísticas siguiendo la estela, aseguró el Sr. González, de entidades como Triodos. El presidente también aseguró que muy probablemente se encontrarían de nuevo en la junta del año siguiente, pues “estas cuestiones no se solucionan en un año”. Sin embargo, en su respuesta a la intervención, el presidente de la entidad no dudó en utilizar la expresión “así es el mundo” para justificar la financiación de su entidad a empresas que fabrican armas.
Esta respuesta nos parece claramente insuficiente, pues no hace ninguna referencia a compromisos concretos de reducción y eliminación de inversiones y, por lo tanto, des de la campaña BBVA sin armas, seguiremos denunciando estas inversiones controvertidas para que, día tras día, más gente conozca del vínculo existente entre el BBVA y las empresas armamentísticas y la entidad ponga fin a estas inversiones que contribuyen al negocio de las armas y de la guerra.