Carta a BBVA

En
a fecha

A la atención del Servicio de Atención al Cliente,


Yo,
,con DNI
en condición de cliente/a del BBVA, me dirijo a ustedes para manifestarles mi completo desacuerdo con las políticas de inversión y financiación que vienen realizando en empresas de armamento durante los últimos años. Una queja que no es nueva para ustedes, puesto que es objeto de denuncia desde hace más de una década de la Campaña Banca Armada, promovida por el Centre Delàs d'Estudis per la Pau, SETEM, Justícia i Pau, l'Observatori del Deute en la Globalització, FETS, Alternativa Antimilitarista-Movimiento de Objeción de Conciencia, Col·lectiu RETS, la Fundació Novessendes y la Fundación Finanzas Éticas.

Empezaré destacando su política en materia de defensa, que dice textualmente que el BBVA: “No participará en operaciones relacionadas con el comercio armamentístico con países donde hay un alto riesgo de violación de los derechos humanos”. Sin embargo, en la base de datos de la banca armada del Centre Delàs d’Estudis per la Pau (http://database.centredelas.org/lang=es), se puede comprobar que sí que invierten en empresas dedicadas a la fabricación o distribución de armamento, como a continuación plasmaré:

Sólo en el período 2014-2019, ustedes han financiado con un total de 3.400 millones de dólares a General Dynamics, Boeing, Airbus Group, Leonardo, Navantia y Raytheon Technologies. Estas seis empresas exportan su armamento a Arabia Saudí, un país no muy amigo de los derechos humanos y que actualmente y desde 2015 está implicado en uno de los conflictos bélicos más sangrientos e infames contra la población civil. En el último informe del Centre Delàs sobre el financiamiento de las armas de la guerra del Yemen, se puede comprobar qué tipo de armamento fabrica cada una de estas empresas. Haré alusión a casos concretos: General Dynamics exporta carros de combate, Boeing bombas guiadas y helicópteros de combate, Airbus Group aeronaves, Leonardo radares y cañones navales, Navantia las famosas fragatas Avante-2200 y Raytheon Technologies bombas guiadas y sistemas de defensa aérea.

Es más, hilemos más fino todavía: El informe de enero del 2017 del Panel de Expertos de las Naciones Unidas sobre Yemen, recoge ataques con el modelo de bomba guiada de Raytheon GBU-12 Paveway. Aunque por las pruebas que consigue obtener el grupo de expertos sobre el terreno, que se reducen a documentos gráficos de fragmentos de estas bombas guiadas, no se puede identificar el origen concreto de su fabricación, el documento sí que afirma que únicamente la coalición liderada por Arabia Saudí tuvo potencial para hacer este ataque.

En el análisis del Centre Delàs sobre las exportaciones realizadas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU), todo parece apuntar a que los proyectiles habrían sido lanzados por Arabia Saudí, ya que EAU no habría solicitado la fabricación de este armamento a Raytheon Technologies hasta 2017. Volviendo al informe del Panel de Expertos de la ONU, las bombas se utilizaron para atacar al hospital de Hajjah el 15 de agosto de 2016 y el 8 de octubre del mismo año un funeral civil en Sana’a. En el ataque al hospital fallecieron 19 personas y 24 resultaron heridas, mientras que en el ataque al funeral civil perdieron su vida 32 personas y 695 resultaron heridas. Hay que señalar que Raytheon Technologies ha estado fabricando este tipo de material con destino a Arabia Saudí desde, aproximadamente, 2011 y sigue sin haber cesado esta actividad, pues en 2019 recibió el encargo de fabricar 50.000 nuevas unidades de este modelo de bomba guiada para Arabia Saudí.

Por otro lado, aludiendo nuevamente a su normativa en materia de defensa, el BBVA: “no invertirá ni ofrecerá servicios financieros a empresas relacionadas con armamento que se considera controvertido”, entre ellas las armas nucleares, y que “la propiedad, producción, proliferación y uso de armas nucleares están estrictamente regulados y supervisados a través del TNP (Tratado de No Proliferación). Como parte de este tratado, se acepta que China, Francia, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos produzcan y estén en posesión de armas nucleares.”

Pues bien, según revela el informe Shorting our security: Financing the companies that make nuclear weapons, publicado en junio de 2019 por PAX, Profundo y ICAN, el BBVA ha invertido recientemente 2.528,2 millones de dólares en General Dynamics. Esta empresa de armamento tiene una serie de contratos relacionados con componentes clave para el misil nuclear Trident II que comparten el Reino Unido y Estados Unidos. El contrato inicial de 28,2 millones de dólares adjudicado en 2015 ha sido modificado repetidamente entre 2017 y 2018 para llegar a una cifra de 155,6 millones de dólares.

Además, su filial, General Dynamics Electric Boat, recibió un contrato por valor de 46,5 millones de dólares en septiembre de 2017 para la integración del kit de Sistema de Apoyo Estratégico de Armas del Reino Unido en la balística de sus submarinos de misiles nucleares. En 2018 este contrato fue modificado significativamente, hasta alcanzar la cifra de 480,6 millones de dólares. Además de General Dynamics, su banco también ha financiado a otras empresas involucradas en la fabricación de armamento nuclear como Aecom, Airbus Group, Boeing, BWX Technologies, Jacobs Engineering y Honeywell International. En total, el BBVA ha invertido más de 4.280,7 millones de dólares en empresas relacionadas con el armamento nuclear.

Ustedes ya deben saber que el pasado mes de enero entró en vigor el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, un tratado que contribuye al pleno cumplimiento del artículo VI del Tratado de No Proliferación que ustedes mencionan y del que España es un país firmante. Tienen en sus manos cumplir con la nueva normativa y dejar de lucrarse con el controvertido negocio de las armas nucleares. Y, por otro lado, tienen también en sus manos dejar de financiar las empresas de armamento, y no sólo las que es evidente que exportan sus productos en el conflicto al Yemen, sino todas. Porque todas las armas y todas las exportaciones de armas son controvertidas.

Como cliente/a del BBVA, debo confesar que siento una gran incomodidad y un particular disgusto en relación a sus prácticas de inversión y financiación. Agradezco de antemano su atención pero, no sólo quiero que me escuchen, sino que también dejen invertir y sacar réditos del negocio de la guerra.

Muy cordialmente,