Participan en el vídeo:
Toni Tatay – miembro de Justicia y Pau Alicante
Koldobi Velasco – miembro de AA-MOC
Susi Snyder – lidera el proyecto PAX No Nukes y también coordina la investigación y la campaña Don’t bank donde the Bomb.
Buenos días señores y señoras accionistas, miembros del Consejo de Administración, señor Presidente.
Mi nombre es Antoni Tatay Nieto y los hablo como miembro de la Campaña Banca Armada, promovida por el Centro Delàs de Estudios por la Pau, SETEM, Justicia y Pau, el Observatorio de la Deuda en la Globalización, FETS, Alternativa Antimilitarista-Movimiento de Objeción de Conciencia, Col·lectiu RETS y la Fundación Novessendes.
Los hablo en representación de un total de acciones que nos han delegado, un año más, accionistas para denunciar hoy, en esta junta las inversiones en empresas de la industria del armamento que continúa realizando el Banco Sabadell.
El informe Shorting our security: Financing the companies that make nuclear weapons, publicado el pasado junio por PAX, Profundo y ICAN revela cómo han continuado ustedes dando su apoyo financiero a AECOM y han empezado a financiar a General Dynamics.
Esta última empresa, señoras y señores accionistas, cerró el pasado més de diciembre el contrato de construcción naval militar más grande de la historia, un acuerdo de 22 billones de dólares para nueve nuevos submarinos nucleares.
La adjudicación, emitida a la compañía filial General Dynamics Electric Boat, es para un quinto lote de submarinos de ataque rápido, con entregas programadas entre el 2025 y el 2029. La Marina de los E.E.U.U ya cuenta con 18 de estos submarinos de clase Virginia pero quiere llegar a disponer de 40 en su flota. Las declaraciones de uno de sus directivos, el señor Kevin M. Graney, presidente de Electric Boat Division recogen estas palaras:
«Este contrato permite que nuestro equipo de construcción naval, nuestros proveedores y nuestros empleados planifiquen con anterioridad de forma que podamos seguir librando submarinos de calidad, sigilo y letalitat inigualables»
Pero no solo se ha decidido invertir en esta nefasta empresa, también se ha aumentado la financiación en una otro industria de la guerra, como AECOM. Este hecho ya lo denunciamos el año pasado pero lejos de escuchar su accionariado y las denuncias de esta campaña, se ha casi triplicado su apoyo financiero esta empresa financiando solo entre 2017 y 2019 una suma total de más de 65 millones de euros.
Aecom trabaja en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, donde participa en la investigación, diseño, desarrollo y producción de armas nucleares, incluyendo el programa de extensión de vida de las bombas nucleares B-61 y de la ojiva nuclear W80-1 para misiles de crucero lanzados desde el aire.
También queremos destacar una menor, pero también moralmente muy reprobable inversión en acciones de la empresa Raytheon. Una empresa estadounidense, dedicada exclusivamente al ámbito militar, sobre todo a la fabricación de misiles y sus sistemas de control, que se enorgullece de haber fabricado armamento que se ha utilizado durante el siglo XX en toda una serie de conflictos armados conocidos por todos ustedes desde la Segunda Guerra Mundial hasta las Guerras del Golf pasando por Vietnam.
Por desgracia, todavía hay decenas de conflictos armados abiertos en el mundo. ¿Creen ustedes que es ético financiar a estas industrias?
¿Que piensan de que sus inversiones suben estar involucradas en todos ellos?
¿Dejarán algún día de financiar el desarrollo, la construcción y el mantenimiento nuclear de los arsenales nucleares capaces de destruir la vida a la tierra?
En su respuesta a nuestras intervenciones de las últimas juntas de accionistas, siempre contendida que el banco Sabadell ha aprobado una política restrictiva en relación a sus inversiones en el sector armamentístico y que mitjaçant el Comité de ética y Comité de riesgos se valoraban estas inversiones teniendo en cuenta las directrices marcadas por los organismos de defensa dentro de nuestro ámbito (ONU, OSCE, UE), considerando que estas inversiones son necesarias para la defensa de las democracias.
Pues bien, es de público conocimiento que parte de las armas que ustedes financian han sido utilizadas en conflictos como la guerra del Yemen y han causado la muerte de civiles inocentes, muchos de ellos niños y niñas sin ninguna culpa de nada. Esta guerra está liderada por Arabia Saudí, que aunque tiene mucha solvencia, no es precisamente ejemplo de democracia.
Sus Comités de ética y riesgo, podrían evaluar qué parte de responsabilidad tiene Banco Sabadell en ese conflicto que el mercado de armas alimenta.
¿De verdad los merece la pena?
Apelamos a la conciencia de los miembros del Consejo del Banco Sabadell, la mismo que los ha llevado a revisar “escrupulosamente” este tipo de inversiones como nos dice en su respuesta a nuestras últimas intervenciones, para que definitivamente ruegan la decisión firme de abandonar las inversiones en empresas del sector del armamento.
Gracias para escucharnos pero no queremos a solas que nos escuchen volemos que cambien sus políticas de inversión y financiación. Es hora de dejar de invertir y sacar reditos de este negocio de la guerra.