La campaña Banca Armada ha denunciado, un año más, los vínculos de CaixaBank con la industria de la guerra. Lo hace hoy, que la entidad bancaria celebra su junta de accionistas de forma telemática.
David Montesinos, del Centro Delàs de Estudios por la Paz en Valencia, y en representación de Banca Armada, denuncia que «durante el período 2014-2019, CaixaBank ha financiado empresas de armamento por valor de más de 121 millones de euros. Nos permitimos poner en contexto esta cifra y relacionarla con la actual crisis provocada por la Covid-19″.
El activista señala que 121 millones de euros equivaldría a la compra de más de 126 millones de mascarillas, (contando que la unidad vale 0,96 céntimos de euro), o bien más de 8 millones de tests para detectar la Covidien -19 (calculando un precio unitario de 15 euros). Montesinos ha recordado que los principios de actuación de la política corporativa de Caixabank en el sector de la defensa (apartado 5.3 sobre las exclusiones) afirma textualmente: «Ninguna empresa del Grupo proporcionará servicios financieros a empresas que venden armamento a países o grupos que están sujetos al embargo de armas de la Unión Europea, Estados Unidos y / o las Naciones Unidas».
El activista Inaxio Menjón, de AA-MOC Bilbao y en representación de Banca Armada, denuncia que hay documentados al menos siete casos de envíos de material bélico fabricado en España hacia zonas en conflicto, y que uno de ellos tiene como escenario la República Centroafricana y como protagonista la empresa española de explosivos y proyectiles Maxam, que CaixaBank financia.
El programa iTrace que lleva a cabo la organización Conflict Armament Research con fondos de la Unión Europea, recoge evidencias gráficas que demuestran que se localizaron municiones de pequeño calibre (inferiores a 20 mm) en República Centroafricana en septiembre del año 2014, cuando el conflicto y el embargo en el país seguían vigentes. Estos hallazgos se produjeron en dependencias de la base militar de M’Poko, a siete kilómetros de la capital, Bangui, donde se encuentra el aeropuerto internacional, y proceden de dos fabricantes españoles: Nobel Sport España y Maxam Outdoors S.A.
Chloé Meulewaeter del Centro Delàs y activista de Banca Armada pregunta: «¿Es CaixaBank consciente de que está financiando un holding empresarial que hace exportaciones a países en conflicto y con embargo de armas? Piensan seguir ofreciéndoles apoyo financiero? ¿Qué explicación pueden ofrecernos para justificar una inversión de este tipo? ¿No les da vergüenza tener una política de relaciones financieras en materia de defensa y incumplir de manera tan flagrante?».