Intervención Junta de Accionistas CaixaBank 2015 (2)

Junta de Accionistas de CaixaBank, Barcelona, 23 de abril de 2015

Buenas tardes Sr. Presidente, miembros el Consejo de Administración, señoras y señores accionistas. Mi nombre es Chloé Meulewaeter y vengo a hablarles en nombre de la Campaña Caixabank sin armas, promovida por el Centro Delàs de Estudios por la Paz de Justícia i Pau, la ONG Setem, el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) y el Colectivo RETS (Respuestas a las Empresas Transnacionales).

Les hablo en representación de 14062 acciones, cedidas a la campaña por accionistas que de este modo quieren mostrar su desacuerdo con las inversiones controvertidas de CaixaBank.

Asistimos un año más a esta junta porque a pesar de la normativa relativa a la financiación del sector armamentístico hecha pública por CaixaBank en su informe corporativo integrado de 2013, este banco sigue sin dar explicaciones sobre sus inversiones en empresas de armas.

Sr. Presidente, con esta normativa afirmó que no participaría en operaciones de financiación o exportación de material bélico de uso militar. Sin embargo, parece que tales promesas han caído en saco roto. Si no, dígame, cómo explica que Caixabank comercialice fondos de inversión de empresas de armas, como Invercaixa Gestión S.G.I.I.C, S.A. o BankPyme S.G.I.I.C, S.A, los cuales han invertido en Indra. Y haga el favor de no decirnos que Indra no es una empresa de armamento, porque ello sería faltar a la verdad. Indra es una de las 100 empresas más importantes de armas del mundo. No lo decimos nosotros, sino el anuario del SIPRI.

Si Caixabank financia a Indra está ayudando a que haya más armas en el mundo, en concreto a que se produzcan simuladores de vuelo para aviones de guerra, sistemas de tiro y toda una serie de productos armamentísticos de la llamada defensa electrónica, con aplicación directa en los aviones de combate Eurofighter, las fragatas de guerra F-100 y los helicópteros militares Tigre.

En anteriores participaciones de la campaña Caixabank sin armas, hemos denunciado que Caixabank tiene participaciones accionariales de 13 empresas de armas, que producen sistemas de combate y armamento, equipos electrónicos y de comunicación militar, ingeniería aeronáutica militar o componentes de aviones de guerra. Sr. Presidente, ¿qué pretende usted con estas inversiones, conseguir plusvalías con la venta de estas acciones o tener capacidad de decisión en estas empresas de armas? ¿Acaso está convirtiendo a Caixabank en una entidad que forma parte del complejo militar-industrial español?

También es sabido por los señores y señoras accionistas que CaixaBank ha concedido créditos, a través de La Caixa o Banca Cívica, a algunas de las empresas de armas más importantes de este país. Tales son los casos de Indra, Maxam e Instalaza. Vamos a recordarles por qué financiar a estas empresas es totalmente inaceptable des de un punto de vista ético.

– Indra recibió 36 millones de euros en créditos de La Caixa i otra entidad financiera en 2009, le recordamos que la sección de armamento de Indra produce tecnologías para aviones, barcos y helicópteros de guerra.

– Maxam, recibió un crédito de 295 millones de euros de La Caixa y otros 16 bancos en 2010. Maxam, a través de sus filiales FAEX y EXPAL fabrica explosivos militares, minas, bombas de fragmentación y municiones de todo tipo. Le volvemos a recordar que su cliente tenía el honor de ser el mayor productor de España de minas antipersonas y bombas de racimo hasta que les fue prohibido por ley.

– Pero aquí no acaba la colaboración de La Caixa con las más terribles empresas de armas españolas. Su entidad, señor Fainé, financió a Instalaza con 33 mil euros en 2007, cuando esta empresa fabricaba bombas de racimo, cuyas víctimas son principalmente la población civil. La empresa a quien La Caixa financió, vendió aquel mismo año bombas de racimo al gobierno de Gadafi quien, las utilizó contra la población civil en la guerra Libia de 2011.

Sr. Presidente, a día de hoy sigue sin aclarar en qué situación se encuentran estos 35,59 millones de euros en créditos concedidos a empresas fabricantes de armas controvertidas. A pesar de que ya no puedan producir bombas de racimo en España, ¿es consciente de que pueden hacerlo en otros países? Le exigimos que nos responda, ¿siguen vigentes créditos de Caixabank a empresas fabricantes de armas, algunas tan terribles y destructivas, como las bombas de racimo?

Sr. Fainé, ¿donde está el “alma de La Caixa”, detrás de los aviones de guerra, tras algún misil, debajo de alguna mina?

Sr Fainé, señores y señoras accionistas de La Caixa, cada vez son más quienes saben que su entidad se beneficia del negocio de la guerra, que Caixabank reparte dinero manchado del dolor y sufrimiento que generan las armas. O cancelan de inmediato sus inversiones en armamento o nadie va a creerse lo del alma social de La Caixa.

Muchas gracias.