Santander, 27 de marzo de 2015
Buenas tardes Sra. Presidenta, miembros el Consejo de Administración, señoras y señores accionistas. Mi nombre es José Maria Moya y hablo como miembro del Centro Delàs de Estudios por la Paz en nombre de la Campaña Banco Santander sin armas.
Les hablo en representación de decenas de accionistas, que han cedido 47.576 acciones a la campaña Banco Santander sin armas para levantar la voz hoy en este foro. Les instamos, en su nombre, a modificar su política de inversiones controvertidas.
Un año más, nos vemos obligados a denunciar las inversiones del Banco Santander en la industria de armamento. Según el informe Don’t bank on the bomb, de la ONG PAX, en el mes de julio del año pasado, esta entidad financiera destinó 106 millones de dólares a financiar la compañía Finmeccanica. Esta empresa está acusada de proveer de armas al Gobierno de Gadafi y se relaciona con WASS (whitehead underwater systems), el líder global de todos los sistemas de armas bajo el agua. Wass es reconocido por fabricar el torpedo MU90 lightweight, que se puede lanzar de buques, helicópteros y torres de control.
También fabrican el A244/s lightweight torpedo, the Black Shark Heavyweight torpedo, la nueva generación de torpedos de larga distancia, diseñados para ser lanzados desde buques de superficie o submarinos y sistemas de contramedida anti-torpedo. ¿Saben cuántas vidas ha segado esta arma? ¿Saben dónde están ahora las armas que se vendieron al gobierno de Muamar Al Gadafi? ¿Se han planteado cuál ha sido su contribución al caos y al terror que se ha extendido sobre África y otras partes del mundo?
También el año pasado, el Banco Santander firmó un préstamo de 138 millones de euros con la empresa Thyssenkrupp. Esta compañía alemana produce submarinos para la marina de Israel. Estos submarinos, fabricados en Alemania bajo las especificaciones israelíes, están preparados para transportar cabezas nucleares. ¿A qué espera usted que se dediquen estos vehículos? ¿De verdad creen que están contribuyendo al desarrollo y al bienestar de las personas con estas inversiones?
El banco Santander es la segunda entidad financiera española que mayor capital destina a la industria de armamento. Desde el año 2005, hemos identificado una inversión de al menos 1.723 millones de euros en apoyar empresas fabricantes de armas.
De ellos, 1.322 millones corresponden a préstamos a empresas que investigan o fabrican armamento; 275 millones se invirtieron en emisiones de bonos y pagarés de empresas de armas; 106 millones de euros se invirtieron en fondos, acciones y bonos de empresas de la industria armamentística; y casi 20 millones se dedicaron a financiar las exportaciones de armamento italiano.
Señora Botín, esta es la primera Junta General de Accionistas que se celebra desde que usted preside este banco. Demuestre que es diferente, que algo ha cambiado y que su entidad va a dejar de contribuir al negocio de la guerra y al mantenimiento de decenas de conflictos armados en el mundo.
Además, desde el año 2011, el Banco Santander financia a Boeing, el segundo mayor fabricante del mundo de aviones como cazas, bombarderos o el avión F-18 del ejército del aire. Esta compañía también diseña y fabrica sistemas electrónicos y de defensa, además de misiles y helicópteros militares. En concreto, de las fábricas de Boeing sale el principal helicóptero de ataque del ejército estadounidense y de otros estados, como Israel.
Señora presidenta, ustedes invierten en algunos de los mayores productores de armas del mundo. ¿Cuáles son los beneficios económicos que obtienen de estas inversiones? ¿Cómo pueden seguir ignorando las consecuencias de su política de inversión en armamento en vidas humanas?
Una vez más, miembros del Consejo de administración, señores y señoras accionistas, les pedimos una reflexión. Con su apoyo en la fabricación y venta de armamento están contribuyendo al mantenimiento de decenas de conflictos armados que están segando las vidas de millones de personas.