Intervention at BBVA’s Shareholder’s Meeting 2017

Intervención en la Junta de Accionistas del BBVA 2017

Buenos días Sr. Presidente, miembros del Consejo de Administración, señoras y señores accionistas.

Soy Maria de Lluc Bagur y hablo como miembro del Centro Delàs de Estudios por la Paz en nombre de la campaña BBVA sin armas en el marco de Banca Armada, promovida por Setem, Justícia i Pau, el Observatorio de la Deuda en la Globalización, el colectivo RETS y mi entidad.

Les hablo en representación de 664.795 acciones cedidas a la campaña BBVA sin armas para levantar la voz hoy en este foro y denunciar las inversiones en armamento del BBVA.

Sr. González, como ya se podía imaginar, este año vamos a tener que hablar del drama de los refugiados y de la responsabilidad que el BBVA pueda tener en relación a los conflictos armados  y al  sufrimiento de las personas refugiadas en su trayecto de huida hasta toparse con la frontera europea. Y digo su responsabilidad en el drama de los refugiados porque, quizás sus accionistas no lo sepan, pero el BBVA, sr. González, está financiando algunas de las causas de este drama humano.

La industria militar y de seguridad europea se está beneficiando por partida doble de la tragedia de los refugiados. Por una parte suministra armas y otros equipamientos que alimentan los conflictos armados que en más de 30 escenarios de todo el mundo y, en concreto en Oriente Medio, están azotando a personas inocentes mediante violaciones sistemáticas de los derechos humanos y represión de la población civil. Por otra parte la industria militar, armamentista y de seguridad europea vende equipos de seguridad y control de fronteras para evitar la entrada de las personas en busca de asilo a territorio de la UE, produciendo un todavía mayor sufrimiento en sus arriesgados intentos de atravesar en manos de mafias unas militarizadas fronteras en el Mediterráneo y en el Este de Europa.

La detención de los refugiados en las fronteras, su hacinamiento en condiciones inhumanas en campamentos y las deportaciones a sus países de origen donde todo está destruido, son solo algunas de las consecuencias de una política europea que ha optado por tratar a los refugiados como una amenaza, como enemigos.

Algunos de los productores de armas más importantes de Europa, en particular Airbus y Finmeccanica, son ejemplos destacados de este cuestionable negocio. Segun el informe «Guerra de fronteras», de Mark Akkerman del Transnationale Institute y copublicado en español por el Centro Delàs de Estudios por la Paz, un intenso lobby realizado por estas compañías les ha proporcionado una influyente voz en el desarrollo de las políticas de la Unión Europea sobre inmigración y refugio, habiendo motivado una respuesta a la actual crisis centrada en la vigilancia y control fronteriza consiguiendo así onerosos contratos para el desarrollo de todas estas tecnologías militares. Todo ello, cabe recordar, ha generado un todavía mayor sufrimiento a las miles de personas que intentan encontrar en Europa un lugar seguro en el que vivir.

Se estarán preguntando qué tiene que ver el BBVA con el drama aquí expuesto. Pues bien, Sras. y Sres. accionistas, miembros de la Junta, el BBVA está financiando este drama humano a través de sus inversiones en estas empresas de armamento, Airbus, Finmeccanica e Indra. Estas dos empresas están exportando armas a Oriente Medio y el Norte de África, armas que contribuyen a alimentar los conflictos armados, la violencia, la inseguridad y el caos en estas regiones, participando de manera directa en algunas de las principales causas de la huida de las miles de familias de refugiados que  sueñan con una vida mejor en suelo europeo.

Entre los años 2011 y 2016, el BBVA ha financiado con 222.824.992,28 euros en créditos a Airbus Group y ha emitido bonos y pagarés de esta empresa por valor de 50.105.691,69 euros a esta empresa dedicada a la fabricación de los circuitos de misiles Trident, aviones de combate, aeronaves, helicópteros y misiles militares. También en el mismo período su banco ha destinado 220.696.793,40 euros en créditos y 58.315.494,20 euros en bonos y pagarés en Finmeccanica Group, empresa que ha dedicado estas cantidades a la fabricación de aviones de combate, vehículos aéreos no tripulados para usos militares, sistemas de misiles (incluidos los nucleares), torpedos de artillería naval y vehículos de transporte de un misil balístico intercontinental. También ha destinado 5.915.196,50 € a fondos de inversión, acciones o bonos de Indra, la principal empresa española de tecnología militar que está viéndose beneficiada por la gestión militarizada de las fronteras europeas que criminaliza a las personas refugiadas.

Pero su implicación en el drama de los refugiados no es el único de los negocios cuestionables en el que está implicado el BBVA. Se lo venimos repitiendo cada año y veo que vamos a tener que seguir insistiendo un año más, porque en 2016 el BBVA ha continuado liderando el ranquing de la Banca Armada del Estado español con sus más de 2.700 millones de euros invertidos en empresas de armas.

Díganos Sr. Presidente, ¿hasta cuándo van a seguir con su activa política de apoyo al sector armamentístico? ¿hasta dónde van a llevar su ansia por hacer dinero sea como sea, venga de donde venga? ¿cuántas guerras más tienen que estallar para que reaccionen y dejen de financiar al sector económico que suministra el principal combustible de  la guerra, el armamento y demás productos militares? ¿cuántas personas deben morir huyendo de las guerras para que sientan ustedes algo?

Sres. y Sras. accionistas, si su única motivación es conseguir mayores dividendos, sigan invirtiendo en el sector armamentístico. Porque en los próximos años dará muchos beneficios económicos. Si lo que sus inversiones generan en el mundo no les importa lo más mínimo, sigan siendo unos de los líderes de la financiación de la militarización y armamentismo en el mundo. Sin lugar a dudas serán más ricos, pero deben saber que su irresponsabilidad hace que todos nosotros incluidos ustedes vivamos cada vez en un mundo menos seguro.

Gracias por su atención.